miércoles, 24 de diciembre de 2014

Adaptaciones extraordinarias. El piquituerto

       
No estoy al 100% últimamente y la frecuencia de las entradas no es la que desearía. Hoy os pongo una entrada curiosa. Una de las cosas que más me fascina es la extensa variedad de formas que los picos de las aves presentan. No es raro si pensamos que es la herramienta con la que capturan o cosechan su alimento y la gran variedad de alimentos que las aves consumen. Hay picos adaptados a todos los usos y sus formas en algunos casos son realmente extrañas. Uno de los casos es el del piquituerto común ( Loxia curvirostra) y otros piquituertos. El pico de este ave es tan peculiar que si no sabemos de la existencia de estas aves y encontramos por casualidad un ejemplar muerto enseguida pensaríamos que habría muerto de hambre al no poderse alimentar.
            Se trata en este caso pues del pico de un verdadero especialista. Su alimentación  a base de piñones requiere de una herramienta adecuada para separar las escamas que los protegen. La forma del pico de éste ave le permite hacer palanca para separar las citadas escamas y extraer los piñones con gran pericia. Para ello dispone de un pico “cruzado”. La mandíbula inferior se desvía de modo que conforma una especie de alicate al cerrar sobre la mandíbula superior que le permite la separación justa de las escamas de las coníferas para poder extraer el piñón sin grandes dificultades. Hay ejemplares cuyo pico se desvía hacia la derecha y ejemplares cuyo pico se desvía hacia a izquierda como el de la foto que abre la entrada..

            Las piñas así tratadas, cuando se secan caen del árbol y presentan un aspecto típico con bastantes escamas con una raja o ranura longitudinal. Si la piña lleva poco tiempo “trabajada” se pueden advertir los lugares en los que se apoya el pico para hacer presión y separar las escamas en forma de pequeñas marcas puntuales. Cuando los piquituertos visitan una conífera son varias las piñas que aparecen bajo ésta tratadas en la forma que describo y que podéis apreciar en la foto inferior.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Interesantes noticias sobre el Yeti.

           
 El otro día tuve ocasión de ver un programa documental de televisión que hablaba del Yeti. Ya sabéis por mi entrada de “El abominable oso de las nieves” que a mi parecer muchos de los indicios hallados correspondían a osos y que otros eran falsificaciones, que generalmente aparecen en EE.UU.
            El programa estuvo interesante. En primer lugar, un genetista, Bryan Sykes se dedica a analizar el ADN de los pelos de los supuestos yetis que se han capturado en la cordillera del Himalaya, en diversos lugares que distan entre sí 1300km. El objetivo es analizar de forma científica los indicios que existen de la supuesta existencia del Yeti. Se centra principalmente en tres hallazgos.
           
Uno es el de un supuesto yeti disecado que se encuentra en la población de los Alpes Italianos, en Bolzano. Es propiedad de Reinhold Messner, alpinista que fue pionero al ascender el primero al Everest sin oxígeno y también el primero en coronar todos los ochomiles del mundo. Este yeti fue cazado por el naturalista alemán Ernst Schäfer en el año 1939, durante el Proyecto Tíbet llevado a cabo por los nazis que intentaban demostrar que la “raza aria” apareció en la zona del Tíbet. Fue disecado al llegar a Alemania y la viuda lo regaló al montañero a la muerte del cazador alemán sabiendo la sensibilidad de éste con el asunto del yeti y su amor a la cordillera. El montañero tuvo un encuentro durante el atardecer con una criatura grande que se mantenía sobre dos pies pero no puede asegurar lo que era. Tan sólo recogió una fotografía de la huella que os reproduzco y que pertenece sin duda a un oso. Él también piensa que el supuesto yeti no es otra cosa que un oso, pero cree que debe de ser “especial” por el lugar donde habita.
            Otro se corresponde con el que manifiesta haber visto Cristophe Hagenmuller. Este naturalista estaba en la región de Ladack en el año 2003. En esta zona se le da el nombre de Tengmou. Se encuentra con una persona que había caído del caballo y que él acompañó de vuelta a casa. Hablando del interés que Cristophe tenía en fotografiar animales, la persona que había caído del caballo le llevó a casa de un cazador que había cazado y disecado a uno sobre el año 1970. A pesar del aspecto raro que presentaba, Cristophe lo identifica como un animal mitad oso y mitad lobo del tamaño de un hombre pequeño. Pide permiso para recoger unos pelos que se lleva a su casa y guarda durante diez años hasta que, enterado del proyecto de Bryan Sykes, le hace llegar los pelos que éste último añade a las muestras a analizar en su proyecto.
            El tercero proviene de una muestra recogida por una expedición en busca de indicios de yetis realizada a la región de bhutan en 2001. Los pelos fueron recogidos de un tronco hueco donde los lugareños aseguran que suele pernoctar un Migou, que es como se denomina a la supuesta criatura en la región de Bhutan.
           
En el caso del primero, dado que se conoce su ubicación y ésta se encuentra en Europa, el propio Bryan es quien recoge la muestra de pelo. El supuesto yeti es el que se muestra en la imagen de encabezamiento. Se ve que es una piel montada sobre un “cuerpo” prefabricado y que faltan restos del animal como las garras o los huesos del cráneo. Se deduce al ver las fotos que el cazador alemán debió de traerse sólo la piel, pues los dientes que vemos en primer lugar no están colocados sobre el hueso y en segundo lugar están colocados de forma bastante lamentable.
Se aprecian tres caninos superiores que por el tamaño debían ser de lobo, un canino inferior, y las muelas carniceras colocadas como si fuesen los incisivos. A simple vista, yo lo identificaría como un oso disecado por un taxidermista criminal. Se aprecia el hocico típico de un oso sólo que este está colocado en posición vertical y sobre una “cara” plana. La abertura de la boca está cerrada con masilla para que la boca tenga un aspecto más parecido a la de un primate, pero se aprecia el contorno de la boca que corresponde con una apertura bucal de un hocico. El ADN de la muestra de este ejemplar está deteriorado y no se puede llegar a la conclusión de a qué animal pertenece la piel.

En los otros dos casos, la prueba de ADN revela una gran sorpresa. Se trata de pelos de oso polar (Ursus maritimus). Una gran sorpresa por varias razones. La primera es por la ubicación, bastante alejada de las zonas donde este oso se encuentra. La segunda es porque en los dos casos se trate de oso polar y que estos lugares se encuentran separados por más de 1300 km. Y la tercera, por que el ADN, que es como digo de oso polar, muestra que la secuencia más parecida es la que se extrajo de una mandíbula de oso polar hallada en Noruega y datada de hace 40.000 años.
Estos Datos dejan ahora algunas preguntas en el aire. ¿Es posible que una población aislada de osos antiguos emparentados con los polares exista en la cordillera del Himalaya?. ¿Son híbridos de oso polar y oso pardo como sugiere Bryan Sykes?.
Tanto si se trata de osos polares como si se trata de un supuesto cruce, inevitablemente estos proceden de la zona de contacto de poblaciones a miles de kilómetros y a mi parecer es mucha distancia para un mamífero.
Los datos son fiables. El pelo analizado pertenece a oso polar. Es la primera vez (a mi parecer) que las referencias de yetis o como se les llame tienen un sustento firme que apunta hacia una hipótesis de trabajo clara. Confirmar con la recolecta de pelo de osos a lo largo de la cordillera que se trata de poblaciones relícticas de “osos polares” marrones que inexplicablemente se mantienen aislados en esta cordillera en la que quedaron refugiados al retirarse los hielos. Unos individuos se dirigirían hacia el norte al ritmo que los hielos se retiraban y otros, los que originaron esta población, se dirigieron hacia el sur al ritmo de la retirada de los hielos ascendiendo junto con los hielos a las montañas hasta quedar aislados, como los propios hielos perpetuos en la cima de las montañas. Un caso parecido al del urogallo del Pirineo y la Cornisa Cantábrica, aislados de las poblaciones que se retiraron con los hielos hacia el norte mientras otra población  seguía a los hielos hacia el sur ascendiendo en altura hasta quedar aislada.
El supuesto de que son individuos híbridos de oso polar y pardo errantes capaces de desplazarse miles de kilómetros para ir parar a la cordillera del Himalaya no me parece plausible debida la inmensa distancia a recorrer. Esperemos más trabajos sobre las poblaciones de osos de la cordillera que parece ser que pueden aportar interesantes resultados.



El trabajo completo de Bryan Kyles, donde estudia muestras de pretendidos yetis, bigfoots, etc., tanto de Asia como de América del norte se puede ver en este enlace:  http://rspb.royalsocietypublishing.org/content/281/1789/20140161.full.pdf+html y su título completo es “Genetic analysis of hair samples attributed to yeti, bigfoot and other anomalous primates”.