miércoles, 26 de marzo de 2014

LLegó la primavera a España.

           
             El pasado lunes, estuve viendo las cópulas de la pareja de cernícalos (Falco tinnunculus) que anida desde hace varios años en un ciprés al lado de mi casa, en un nido abandonado de urraca. En los enormes chopos próximos, las urracas (Pica pica) “discuten” para ocupar los nidos que tradicionalmente y desde hace años vienen siendo ocupados por parejas de esta misma especie. En el mundo de las urracas sigue haciendo falta construir más viviendas, ¡qué diferente al nuestro.! La primavera se desborda a nuestro alrededor pese a ésta semana de frío y viento helado. En la foto superior orquídea espejo de Venus (Ophrys speculum), una de las primeras orquídeas que aparecen en los pinares cercanos a Zaragoza.
            Este año la primavera comenzó el día 22. En Madrid, tuve la ocasión de asistir a una manifestación histórica en la cual se pide que volvamos a “rebobinar la película”. Que los servicios públicos retornen al punto de partida y que cese el lote de recortes y subidas de impuestos que asfixian al país… bueno, al país no, sólo a una parte de los que viven en este país, básicamente los trabajadores y aquellos que han dejado de serlo en este período. Se pide al gobierno que gobierne para el pueblo que los eligió.
            La televisión no tarda en recordarme el país en el que estamos. El silencio informativo que sólo se rompió por las salidas de algunos políticos comparando al pueblo desesperado con los de “amanecer dorado” y con la chulería de aquellos que decían por mi pueblo no pasarán, como si la circulación por el país dejase de ser libre. Curiosa comparación con los nazis para un movimiento en cuyas marchas podemos ver inmigrantes de diversos lugares del mundo. No obstante siempre queda leer Le Monde o Libération, periódicos franceses, donde se hablaba de la “gigantesca manifestación” que había habido en Madrid. Es la mayor manifestación que he visto en mi vida.
            En España las “noticias” sólo hablan de las cargas policiales. Pero no hablan de que la policía irrumpió en un concierto media hora antes de que acabara el acto autorizado pese a que desde los micrófonos se les pedía que por favor abandonasen el lugar. Seguramente cumplían órdenes de alguien que sí sabía que todavía había permiso para estar concentrados en Colón. Sólo hablan de policías heridos. De policías que fueron puestos allí tras las provocaciones para que una vez desatada la violencia quedaran sólos y aislados facilitando los titulares y las “noticias” de la jornada. La maniobra de desprestigio de la marcha ha llegado al punto extremo de utilizar policías como cebo para que los violentos que en todos los sitios aparecen, (fútbol o cualquier otro tipo de concentración multitudinaria) se cebaran con ellos. Y no dudaron en provocar su respuesta irrumpiendo mientras el acto se desarrollaba en paz y en un horario autorizado. Amparados en la noche, cuando todos los gatos son pardos. Es como un cazador de jabalíes que abandona a su perro a merced de los colmillos de un jabalí herido tras haberle animado a atacarle.
            Que violentos tomasen la calle no impidió, como es costumbre que se detuviese de forma arbitraria a personas que simplemente iban de vuelta para coger el autobús de regreso a sus casas, y que estuvieron retenidas durante horas sin agua ni comida en malas condiciones. Los “sindicatos” policiales muestran fotografías de armas incautadas incluso un año atrás en una falta de táctica tal que finalmente sabemos que se trata de fotos publicadas en medios informativos, alguno incluso un año antes. Algunos incluso piden que se autorice más libertad en el uso de la violencia policial, hecho que puede desembocar en una espiral de violencia en las manifestaciones que sólo será útil para aquella minoría violenta que pasea por nuestras calles o que se oculta entre los cuerpos uniformados, y sobre todo para aquellos que viven de ocultar la verdad. Cuando Hitler formó sus cuerpos de las SS, y Himmler establecíó la Solución final, no tuvo que salir de Alemania para buscar quien torturase y eliminase a las personas en los campos de concentración. Los encontró entre la población civil, algunos entre la policía, otros entre los militares, e incluso entre el personal sanitario. Esta minoría violenta vive en nuestros pueblos, pasea por nuestras calles y lleva a sus hijos a los colegios. Cualquier maniobra que provoca el enfrentamiento entre ellos, que brote ese comportamiento con el objeto de coger en medio a personas que no son así y aprovechar políticamente el conflicto, no habla muy bien de aquellos que lo promueven.
            A la corrupción, indulto de ladrones y robo al pueblo, hay que añadir la manipulación de los medios y la provocación. Y es que necesitaban que hubiese heridos en la policía, y eso sólo se consigue provocando primero a aquellos que responden a la provocación y dejando después a unos pocos a merced de éstos. Esta manifestación también será recordada por la despreciable maniobra política que pudo terminar en tragedia, y de cuyo resultado se responsabiliza a las marchas por la dignidad, marchas que llevaban un mes de silencio informativo caminando por este país, al lado de los guardias civiles de tráfico que los acompañaron durante largos tramos de carreteras regulando el tráfico, de la policía local de los pueblos por los que pasaron y de la policía nacional en algunos lugares de más entidad sin provocar ni un solo conflicto y que en algunas ocasiones caminaron junto a ellos sin que fuera estrictamente necesario para la seguridad de las columnas, apoyando silenciosamente la marcha con su gesto.


            ¡Que no nos roben la primavera.!


lunes, 17 de marzo de 2014

Señales de los patos salvajes.

El otro día estuve llevando a Lucía a su clase de patinaje, en el recinto de lo que fue la Expo de Zaragoza. Mientras daba su clase, me fui a dar una vuelta por la orilla del Ebro, que con el barro que había creía que me podía dar un rato agradable. Ví unos ánades reales (Anas platyrhynchos) bastante cerca.
Me proporcionaron todo un catálogo de las señales que dejan en su quehacer cotidiano que os voy a poner en esta entrada. En primer lugar, las plumas, que siempre aparecen allí donde pasan parte de su vida. Los ánades pueden visitar cualquier pequeña masa de agua en medio de una llanura cerealista o cualquier campo de alfalfa por muy lejos que esté de una zona húmeda, por lo que aunque parezcan evidentes las señales al estar en el río, estas se pueden encontrar en medio de un secano. De hecho, el primer molde de escayola de una huella de pato lo saqué en una pequeña balsa con muy poco agua en plena estepa cerealista. 


En la foto anterior podemos ver una pluma típica de macho, con su característico diseño vermiculado y a la derecha otra de hembra con las características manchas marrones oscuras en forma de “gota”.



En el suelo, podemos ver dos tipos de marca generalmente. Por un lado las huellas, que pueden presentar o no la característica palmeadura y la impresión del halux, que es el dedo que se dirige hacia atrás, que equivale a nuestro dedo gordo. Generalmente están giradas un poco hacia adentro en la marcha normal. En la imagen de la izquierda, una huella de pato en la que apreciamos claramente la mayor longitud del dedo central y la curvatura del dedo exterior.

Cuando el fango es muy blando las huellas tienen un aspecto algo extraño como podemos ver en la foto de debajo


Otra de las señales que podemos hallar es la marca de alimentación. Cuando el agua es poco profunda, los patos sumergen el pico al completo en el barro, y lo abren y cierran a gran velocidad filtrando las partículas que les sirven de alimento mediante un denticulado especial del borde exterior de su pico. Cuando el agua se retira quedan estas marcas característica allí donde se han alimentado de este modo. Los agujeros son de unos tres o cuatro centímetros de diámetro por otros cuatro o cinco de profundidad.

miércoles, 5 de marzo de 2014

La cesta de la araña tigre.

El otro día estuvimos por Francia. En un campo cubierto de helechos, encontramos el nido que fabrica la araña tigre (Argiope bruennichii) colgado entre los tallos y frondes. En este nido, los huevos pasarán el invierno a salvo de las bajas temperaturas esperando que se suavicen en la primavera-verano del año siguiente cuando nacerán las pequeñas arañitas.


Esta cesta es tan característica que el aspecto de la misma sirve como identificativo claro de la presencia de esta araña. Su sobrecogedor aspecto  es algo intimidatorio, si bien la literatura consultada nos dice que la araña es inofensiva. Puede vivir desde el nivel del mar hasta las montañas, y es muy frecuente en los huertos y zonas de regadío donde yo vivo. Si se siente intimidada efectúa un rápido balanceo en al tela de araña cuyo fin parece ser el hacerse más visible. Generalmente la encontraremos en el centro de su tela.